martes, 5 de marzo de 2013

INICIOS DE ATLÉTICO ZAMORA

Por Luis Edgardo Aguilar
En 1975 Lindolfo Villafañe formó el equipo Pantera Hípicas el cual hizo fama y alcanzó los sitiales que equipo alguno haya logrado en Barinas, tanto así que de allí surgió la idea de ingresar al Torneo Profesional, y el mismo Villafañe contrata a 2 jóvenes futbolistas, profesionalmente egresados de la Universidad para que le ayudaran en esa empresa.
El ingeniero barinés Jesús Humberto “Chube” Mazzei y el Odontólogo margariteño Julio Figueroa (+), quienes aceptaron con beneplácito el llamado de Lindolfo, Secretario General de Gobierno para la época y, de inmediato se dieron a la tarea de reclutar jugadores y gente de poder económico y político, que le dieran el respaldo para lograr ese equipo que se llamó Atlético Zamora.
El 2 de febrero de 1977 nace oficialmente el Atlético Zamora. El Acta constitutiva de la Asociación Deportiva con carácter Civil cuyo objetivo principal es el fomento del Deporte fue firmada por Rafael Rosales Peña, Antonio Marinelli, Eduardo Carrillo, Polivio Albornoz, Alfonso García, Manuel Bugallo, José Baudilio Ortega, Atilio Bianco, Pastor Arnáez y Lindolfo Villafañe. Políticos, comerciantes, profesionales, criollos y extranjeros todos cuanto quisieron ser partícipes de la obra.
El documento asentado en la Oficina Subalterna del Registro público del Distrito Barinas en la fecha señalada también indica que dicha Asociación “podrá organizar conjuntos deportivos de cualquier clase, que al actuar llevarán siempre el nombre deportivo ATLETICO ZAMORA total o parcialmente ligados al nombre o nombres de los deportes a que el respectivo conjunto se dedique…”
Era un acto visionario y el inicio de una Corporación Deportiva que podía derivar en Atlético Zamora Fútbol Club, Voleibol Club, Softbol Club y pare de contar. Algo que en el tiempo no ha podido cristalizarse y que significarían emblemas y colores deportivos del Estado Barinas.
El estadio de La Concordia de San Cristóbal, fue la primera, sede del Atlético Zamora y el equipo vivía en el Hotel Galicia de dicha ciudad. ...¡Que comienzos!
Entre los primeros jugadores se hallaban: Adalberto Yánez, Hermes Caño Seco, Hurtado, Eugenio El Alemán Reyes como porteros. Los Defensas: Matías, Jorge Briceño, Gustavo Trejo, Moreno Villamizar (Capitán) y Omar Pacha Martínez.
En la zona de volantes aparecían el merideño Pedro “Taco” Zambrano, Ferney Balanta y Neptalí "Lilí" Solórzano y entre los atacantes: “Moncho” Paredes, Carlos “Puma” Benítez y Dúmar “Pelé” González.
El Resto de los jugadores eran: Olegario “Ratón” Sánchez, Julián “Gallina” Sevilla, Fanor Vásquez, Humberto ”Huevito” Torres, entre otros, cabe destacar que había predominio colombiano, así como uruguayos y venezolanos.
Este primer plantel es dirigido por el profesor chileno Raúl Araya, quien había llegado al fútbol venezolano a través del Estudiantes de Mérida, luego de haber sido Preparador Físico en la Selección Austral que estuvo en la Copas del Mundo de 1962 y 1966.
Por compromisos familiares, Raúl Araya deja la divisa al haber cumplido una muy buena labor en esos accidentados comienzos.
Actualmente el Maestro Araya sigue impartiendo su conocimiento en la Ciudad de Socopó, que hoy por hoy cuenta con un Equipo en Segunda División.
El Español Ramón Oriol, es el nuevo estratega del Zamora, quien con una visión diferente, trae nuevos jugadores y comienzan las importaciones porque los jugadores extranjeros del primer año ya militaban en Venezuela.
Entre los primeros refuerzos llegan los uruguayos: Carlos Spala, Carlos Malceñido, el argentino Rubén Bachini (padre), el brasileño Milton Días, quien había militado en el glorioso Peñarol uruguayo; los colombianos Javier “Toro” Tamayo, Pacho García, Johnny Castellanos, su hermano Henry Valbuena, Johnny Hernández y el portero Gabriel Mejías; el peruano Santaella, los hermanos Sánchez de Guanare y Manzanares quienes dieron una nueva imagen al Atlético Zamora.
Era el comienzo de la historia, del humilde club de barrio “blanquinegro” llamado Panteras Hípicas hasta Atlético Zamora. Con muchos tropiezos y con muchas dificultades pero con gran pundonor y gallardía, con descalabros, con derrotas justas o injustas, pero con algunas victorias que reconfortan y animaban a seguir en la lucha por preservar un legado histórico que no debemos perder.
Con el comienzo del año llega Antonio Julio de la Hoz, colombiano, con una destacada trayectoria en su país, primer DT de Estudiantes de Mérida y tercer entrenador de Zamora. Era lógico, una divisa nueva, donde todos eran nuevos, ni dirigentes, ni narradores, ni absolutamente nadie contaba con formación ni mucho menos con ideas claras para manejar a ese equipo empresarialmente, existía, eso sí, la euforia; la alegría, el entusiasmo, y el deseo de seguir hacia delante, conceptos con ideas ajustadas a una realidad, o mejor, planteamientos adecuados para el crecimiento y fortalecimiento del club, pero que solo quedaban ahí en planteamientos, como por ejemplo la formación de unas escuelas de fútbol, la que aún no ha cristalizado.
Pero en ese año, De la Hoz tiene la mirada puesta en jugadores criollos y jóvenes, es decir piensa en su plantel con sangre nueva y fortaleza de juventud, para que al lado de los importados se fuera haciendo la base de un equipo sólido que fructificara a corto plazo.
De la Hoz se llega hasta Ciudad Bolívar donde se realizaba el campeonato nacional juvenil y de allí trajo contratados a los cumaneses Simón Segura y Carlos Betancourt, Lolich Cedeño, el barinés Orlando “Nano” Osuna y al guayanés Luis Figuera.
Mientras los directivos seguían contratando importados, llegaban desde Uruguay un escurridizo puntero llamado Richard Fernando Nada proveniente de Cerro, el zaguero Antonio “Pato” Martorano, el guardameta Leonel Pérez y Héctor “Tito” Vallés, un medio de marca que había portado la banda de Capitán en el River Plate de Montevideo y se había enfundado la malla de Peñarol; desde Club Atlético Los Andes en Lomas de Zamora, al Sur de Buenos Aires, Argentina llega el marcador de punta y volante de marca zurdo Carlos Manuel Piñero: un exquisito conductor suplente de Ricardo Bochini en Independiente de Avellaneda de nombre Juan Domingo López; el ariete Edgardo Coltrinari y el arquero Carlos “Loquillo” Brizuela. También arriba el colombiano Jorge “La Rata”  Gallegos, para formar un equipo con una base enorme de importados, porque los del 1977 permanecieron en el club, salvo excepciones.
Fue un buen año para Zamora. Antonio Julio De la Hoz, fue uno de los grandes técnicos que dirigió la blanquinegra. Fallecería en la Isla de Margarita a los 90 años de edad el jueves 17 de junio de 2010. Los Jugadores de la época, le recuerdan con respeto, al definirlo como un estricto entrenador pero gran amigo. La Hoz dejó prácticamente la base de Zamora que en muy poco tiempo daría sus frutos, cuando a finales del 78 se va, convencido de haber cumplido y dejar la batuta al Poco Gil, Uruguayo quien terminó la temporada sin realizar cambios.